TDAH

Las siglas TDAH corresponden al nombre Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad. Este es un trastorno del comportamiento, de origen neurobiológico que aparece en la infancia y tiende a ser de carácter persistente.
Los tres síntomas característicos son:

  • Falta de atención: Dificultad para mantener la atención durante el tiempo necesario y suficiente. Les cuesta seleccionar información relevante y se distraen fácilmente con estímulos irrelevantes.
  • Hiperactividad: Presentan una elevada actividad motora y/o verbal.
  • Impulsividad: Dificultad para inhibir la conducta. Falta de control motriz y emocional.

Diagnóstico

Un diagnóstico preciso y a tiempo es el primer paso para paliar los síntomas del TDAH y prevenir sus complicaciones. No existe una edad ideal para acudir al profesional; esto dependerá de las características de cada caso. En principio, se le debe consultar siempre que se observen problemas en el funcionamiento cotidiano de un niño respecto a lo que se espera por su edad a nivel personal, social y escolar.

Las manifestaciones del TDAH suelen aparecer con el inicio de la escuela primaria. Esto se debe a que durante los primeros años de escolaridad, se exige al niño una serie de demandas a las que no está acostumbrado:

  • Permanecer sentado durante mucho tiempo
  • Horarios más estructurados
  • Realizar deberes en casa
  • Mantener una gran atención y control sobre sí mismo.

Estos cambios, que para la mayoría se producen de forma natural, no son tan sencillos para los niños con Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad (TDAH). El gran número de exigencias a las que el niño con TDAH no puede responder, hace evidente la necesidad de un diagnóstico de la mano de un profesional clínico especializado.

Generalmente, son los padres, profesores, psicólogos escolares, pedagogos o pediatras los que primero pueden detectar un posible TDAH en un niño que tiene problemas que no se explican. Pero son los profesionales médicos (neuropediatra, psiquiatra infantil, psiquiatra o neurólogo) los que realizarán un diagnóstico definitivo. Éste es fundamentalmente clínico e incluye:

  • Entrevistas con los padres y el niño
  • Una evaluación de la información de los profesores
  • Exámenes físicos
  • Pruebas complementarias para descartar otros problemas.

Todos estos recursos tienen como objetivo detectar la existencia del TDAH, descartando aquellos síntomas que sean normales para la edad o inquietudes relacionadas a algún factor social externo. También deben descartarse problemas médicos (neurológicos o endocrinológicos), toxicidad por medicaciones o drogas, problemas psiquiátricos y pedagógicos.

Sólo un diagnóstico minucioso conducirá al tratamiento más adecuado para el niño. Una vez que éste se establece, el médico realiza un plan de tratamiento que puede incluir la participación de un psicólogo, un pedagogo, un profesor de apoyo y de otros profesionales.

Para trabajar en este trastorno, tenemos un equipo de trabajo especializado con años de experiencia y dos Programas líderes en su aplicación:

 

Con el ingrediente clave de la MOTIVACIÓN, este, es un programa personalizado y adaptado a cada niño o joven que promueve la formación de hábitos y el aprendizaje de estrategias de organización y autocontrol, con el fin de desarrollar en el niño confianza, seguridad e independencia para asumir la responsabilidad académica.

Fundamentado en la filosofía “Aprender sintiendo”, se basa, en que, a través de las vivencias, se logre sensibilizar y estimular todos los sentidos. Tiene una visión integral (físico, afectivo y mental) que ve en cada dificultad una oportunidad para aprender y mejorar.